Recargado

Como creyente, usted sabe que necesita tener su devocional. Se lo ha escuchado decir a su pastor, lo ha visto en las guías de estudio; tal vez incluso este tiempo ha dejado alguna huella en su lectura de la Biblia en un año. Algunos han ajustado con valentía su despertador para que suene una hora antes a fin de tener su devocional en la madrugada, solo para hallar que la vida se las arregla para privarle de su decisión. No se trata de que no ame a Dios. Usted renuncia porque «se dejó convencer» para seguir el hábito insostenible de alguien más y a un ritmo irrazonable.Sin embargo, no ...