El entrenamiento y la dirección técnica de un equipo resultan ocupaciones complejas que implican la comprensión eficaz y la consumación de sólidos principios. El entrenador o director técnico debe atesorar un cierto número de capacidades, entre las que se incluyen la habilidad para comunicarse con eficacia, para tomar decisiones claras bajo presión y para manejar con delicadeza temperamentos diversos, algunos de los cuales pueden ser explosivos por naturaleza. Debe poseer un profundo conocimiento de los avances tácticos del juego, así como la capacidad para demostrar en la práctica ...