El seminario de Jacques Lacan

Diez veces un anciano de cabellos blancos aparece en escena. Diez veces resopla y suspira. Diez veces dibuja lentamente extranos arabescos multicolores que se anudan entre si y con los meandros y volutas de su palabra unas veces embrollada y otras liberada. Una multitud contempla estupefacta al hombre-enigma y recibe el ipse dixit aguardando una iluminacion que se hace esperar. Non lucet, no hay claridad ahi dentro, y los Teodoro buscan fosforos. Sin embargo, piensan: cuicumque in sua arte perito credendum est, quien ha probado ser habil en su arte merece credito. A partir de cuando alguien...

