Asistimos hoy a una vuelta de la religión. Fragmentaria, difusa, confusa, caótica, existencial, salvaje, revanchista, ambivalente, multiforme... pero ahí está. Las religiones resisten y persisten. Es verdad que la secularización de la sociedad y de la cultura ha eliminado determinadas formas de presencia de la religión en nuestro mundo occidental. El desencantamiento del mundo, el declive de las experiencias religiosas tradicionales y la pérdida del monopolio cosmovisional de la religión, unido a la pérdida de su relevancia social, son hechos innegables. Todo ello debido, entre otros ...