El Pedido de la Panadería

Ajijic, una población frente a un lago donde confluyen muchas aguas. Por sus calles pintorescas coinciden los pobladores originarios de la localidad junto con los expats, la comunidad de lakesiders que eligieron al pueblo como destino en su tercera edad. Del mismo modo, en el librero de una librería como La Renga se juntan las voces de cientos de autores, que se leen y se comentan en el café La Colmena, y una banda sonora permea en la narración: Patti Smith, Bob Dylan, The Pogues, U2, José Alfredo Jiménez, el Jefe Bruce Springsteen y un sinfín de canciones que amenizan la lectura. En...

Una boda. Un montón de chupitos. Un Porsche aparcado en una calle oscura. El mejor amigo del novio. El hombre con el que no debía acostarme. El que iba impecablemente vestido con un traje gris y una camisa blanca almidonada. El dueño de unos ojos verdes que hablaban más que su irresistible boca. El socio más joven de su despacho de abogados. El mejor hombre con el que he estado en la cama. Una locura. Las huellas de mis uñas en el salpicadero de su coche como prueba. Un problema de los grandes. Él era inalcanzable. Yo estaba rota.

Situado en el medio del conflicto bélico de la segunda guerra mundial la promesa de un padre por mantener a su única hija a salvo le hará enfrentarse al brazo de hierro de la Alemania nacional socialista. El horror vivido por los habitantes del otrora tranquilo pueblo de Krampen solo puede ser comprendido a través de sus diarios personales.

J. Kenner, una de las reinas del romance erótico con más de 2.000.000 ejemplares vendidos en todo el mundo, presenta «Noches inolvidables», una serie compuesta de tres historias apasionadas que dejan huella. Por la noche el deseo se apodera de la conciencia y los cuerpos se entregan al placer. Descúbrelo en la tercera entrega de «Noches inolvidables». Kiki ha tardado años en superar el abandono de Noah, su pareja de juventud y el hombre de su vida. Un tiempo en que ha cambiado también sus ilusiones: de sus aspiraciones como cantante ha pasado a la creación de una pequeña pero...