Animalario divertido para niñ@s aburrid@s

Esta graciosísima antología recoge toda una serie de versos cómicos de diversos estilos, abarcando toda nuestra literatura, desde Juan Ruiz, Arcipreste de Hita —gran iniciador de una tradición de poesía jocosa— hasta nuestros poetas más recientes, como Luis Alberto de Cuenca, pasando por los grandes satíricos: Góngora, Lope, Quevedo, Iriarte, Samaniego, Campoamor, Pérez Zúñiga o Jardiel Poncela. Es un libro para disfrutar plenamente de la buena literatura y de esa suprema cualidad del espíritu que se llama sentido del humor

En la casa de Ana todos están muy entusiasmados con la llegada del gran día. Papá, mamá y abuelos se esfuerzan mucho para que sea un día perfecto. Pero, un momento: ¿alguien sabe cómo se siente Ana?

En 1823, el clérigo Clement Clarke Moore, del norte del estado de Nueva York, capturó la imaginación de toda la nación con su encantadora descripción rimada de Papá Noel con traje rojo y su trineo tirado por renos. Este libro de Navidad reciénte ilustrado presenta un personaje de "ratón", ideal para los niños pequeños, interpretando la referencia a que "ni siquiera un ratón" se agitaría en la noche mágica antes de la fiesta favorita de los pequeños. La autora Sally M. Veillette se inspiró para crear este libro en varios idiomas, incluso en versiones bilingües, para compartir...

Víctor y sus amigos Recaredo y Leonarda han ido de excursión a una especie de zoo en el que viven los Krippys, esos bichos invisibles un poco liantes. En realidad, allí solo están los más feos, los más ruidosos y los más peligrosos... Vaya, ¡lo mejorcito! ¿Adivináis a quién le tocará echarles una mano con sus problemillas?

La ciudad maya de Tikal sacude sus misterios sobre Pipe y Elvis, quienes ahora buscan dominar la habilidad de viajar en el tiempo. Un chamán los lleva al pasado para conocer a un médico que lucha contra la peste y la muerte, sin saber que en esa sabiduría reposa la salvación futura de la humanidad. Terremotos, tsunamis, volcanes en erupción y seres enfermos que deambulan, moribundos, por las calles de un mañana no muy lejano: nunca la esperanza había estado en unas manos tan pequeñas. Nunca el mensajero había corrido tanto peligro.