Notas para no esconder la luz

Esta interesante recopilación presenta una muestra de la poesía que las generaciones vivas de Palencia pueden ofrecer más allá de sus fronteras. "Poesía entre generaciones" debe su título al homónimo evento que se celebró en su primera edición en Palencia en el verano de 2013.

En «La mujer que era», Vivian Dragna libera su voz poética con honestidad de fuego y parece incendiar cada recodo de una vida pasada latente en la memoria del cuerpo. Sus versos activan la velocidad del pensamiento, son íntimos en su relación con la piel y especialmente en su autoconciencia. El yo poético explora su propia vulnerabilidad con fiereza, como un ejercicio de reconstrucción que transita tanto lo vital como el extravío, en el cual la palabra directa es detonante y a la vez antídoto.

Desconocernos es el pequeño itinerario de un creador que colecciona remedios, superpone estados de ánimo y se pregunta por los encuentros, los vacíos y las incertidumbres de la existencia. Es la búsqueda del "tú" explorando de una forma íntima ―entre el rubor y el recelo―, la frontera del otro. Una indagación que empieza de cero para darse cuenta de que poco o nada es lo que parece. Los versos de este poemario de Guille Galván, letrista, compositor y guitarrista de Vetusta Morla, se adentran en esa nueva realidad cuyo significado aún está por descubrir.

Me detengo frente a la barrera. Es una noche clara y la luna se refleja en los rieles. Apago las luces del auto. Está bien, pienso, es bueno que nos demos un tiempo. Pero no comprendo nuestra relación; no sirvo para eso. ¿Acaso serviría de algo? Tu padre está enfermo y mi madre está muerta; pero igual podría ir y tirarme encima tuyo como todas estas noches. Eso es lo que sé. Ahora la tierra vibra y un tren oscuro lleva gente desconocida como nosotros.