Ashmunein

John Key, nacido el 9 de diciembre de 1961 en Auckland, Nueva Zelanda, es un político y empresario neozelandés, reconocido por su papel como Primer Ministro de Nueva Zelanda desde 2008 hasta 2017. Su carrera política se ha caracterizado por su estilo pragmático y su enfoque en el desarrollo económico y la estabilidad fiscal.

Key creció en un entorno de clase media y mostró desde joven un interés en los negocios y la economía. Asistió a la Universidad de Canterbury, donde se graduó en comercio en 1983. Tras completar su educación, se unió a la New Zealand Treasury como analista económico. Sin embargo, su carrera despegó realmente cuando se unió a Banco de Nueva Zelanda y luego se trasladó a la British Merchant Bank en Londres, donde trabajó durante varios años en el sector financiero.

En 1999, Key decidió volver a Nueva Zelanda y entrar en la política. Se unió al Partido Nacional y fue elegido miembro del Parlamento en las elecciones generales de 2002. Rápidamente ganó notoriedad debido a su experiencia financiera y su capacidad para comunicar políticas complejas de manera accesible. Se convirtió en Ministro de Comercio y también asumió el liderazgo del partido en 2006, lo que lo posicionó como candidato a Primer Ministro.

Las elecciones generales de 2008 representaron un punto de inflexión en su carrera. Bajo su liderazgo, el Partido Nacional ganó una victoria decisiva, lo que llevó a Key a convertirse en Primer Ministro. Durante su mandato, Key se centró en la recuperación económica tras la crisis financiera global y en la implementación de políticas que promovieran el crecimiento económico y la creación de empleo.

Uno de los logros significativos de su gobierno fue la respuesta a la crisis del terremoto de Christchurch en 2011. La devastación causada por el terremoto de magnitud 6.3 tuvo un impacto profundo en la ciudad y su población. Key lideró los esfuerzos de recuperación, movilizando recursos y apoyo financiero tanto a nivel nacional como internacional.

Durante su tiempo en el cargo, Key también se destacó por su relación con otros países, impulsando acuerdos comerciales y manteniendo una postura firme en cuestiones de política exterior. Promovió el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), que buscaba fortalecer el comercio entre varios países de la región Asia-Pacífico.

A pesar de estos éxitos, su gobierno también enfrentó críticas. Algunas de las controversias incluyeron la gestión de la vivienda, el aumento de la desigualdad y preocupaciones sobre la privacidad y los derechos civiles en relación con las actividades de inteligencia del gobierno. Sin embargo, Key históricamente ha estado a la altura de estos desafíos, defendiendo sus políticas y buscando soluciones a las preocupaciones planteadas por la oposición y los ciudadanos.

En 2017, tras tres mandatos, John Key anunció su renuncia como Primer Ministro y líder del Partido Nacional. Su decisión fue inesperada y llevó a un cambio de liderazgo en el partido. Tras su salida, Key se ha mantenido al margen de la política activa, dedicándose a actividades empresariales y de asesoramiento.

En su vida personal, Key es conocido por ser un apasionado del golf y aficionado a los deportes. Está casado con Bronagh Key y tienen dos hijos. Su enfoque en la familia y la educación siempre ha sido una parte esencial de su vida.

El legado de John Key se percibe en la transformación de la economía neozelandesa y en su enfoque equilibrado de liderazgo. A pesar de las críticas, ha dejado una huella significativa en la política de Nueva Zelanda y continúa siendo una figura respetada en el país y en el extranjero.

Una joven que trabaja en una fábrica de ropa durante la dictadura de Ceausescu ha sido citada para un interrogatorio. Ya había pasado por este trance en otras ocasiones, pero sabe que esta vez será peor. ¿Su crimen? Coser notas en los forros de los trajes de caballero que se venderán en Italia. «Cásate conmigo», dice la nota, con su nombre y dirección. Sería capaz de cualquier cosa con tal de salir del país. En el tranvía que la lleva a su interrogatorio, sus pensamientos se pierden en el recuerdo de toda la gente que ya no está. Una vez más, la magistral pluma de Herta Müller, ...

Con La tía Tula y San Manuel Bueno, mártir nos encontramos de lleno en lo mejor del arte narrativo de Unamuno. La novela realista aguzada hasta su máxima tensión en el primer caso, en un análisis seco y desolado de la situación de la mujer -y la correlativa situación del hombre-, sometida a la coerción y represión de la moral sexual y la famia, y la alegoría en el segundo, en un intento -¿inútil?- de cegar la angustia religiosa y metafísica en la luz deslumbrada de una fe que se propone como lo imposible.

«Eso que trajo la dictadura nos persigue porque nos define. Y no se va a ir nunca», le dice Francisco a Diego el día de su reencuentro en Lima. Han pasado casi diez años desde que se fueron de Perú, huyendo de sus vidas en un país desfigurado por la violencia y la incertidumbre. De Nueva York a Londres, entre la evasión y el desenfreno, el recuerdo les traerá de vuelta sus aventuras veraniegas en la Europa efervescente del nuevo milenio: viajes promiscuos en los que, además del alcohol, la cocaína y las fiestas non-stop, cultivaron una extraña adicción a los trickies, tríos...

El millonario Richard Mallory llevaba toda la vida rodeado de mujeres tan bellas como poco adecuadas. Y justo cuando había desechado la idea de conocer a la mujer perfecta, se la encontró... en su cama. Parecía alguien diferente; sincera, inocente... ¿Qué demonios hacía entonces en su dormitorio? Ginny solo trataba de hacerle un favor a una amiga, pero eso no se lo podía decir a aquel tipo, ¿verdad? Se suponía que aquella mentirijilla la sacaría del apuro y, sin embargo, la metió en otro peor. Ahora tendría que pasar el día entero con el guapísimo empresario...