Bomba apestosa y Cara de cátsup. El gran desbarajuste

John Dougherty es un autor y poeta destacado, conocido por su contribución a la literatura contemporánea, especialmente en el ámbito de la literatura infantil y juvenil. Nacido en el Reino Unido en 1962, Dougherty ha vivido en varias ciudades británicas, lo que ha influido en su estilo literario y en las temáticas que aborda en sus obras. Desde joven, mostró un gran interés por la escritura, lo que le llevó a estudiar literatura en la universidad.

Después de graduarse, Dougherty comenzó su carrera como escritor, combinando su pasión por la literatura con su deseo de inspirar a los jóvenes lectores. Su primer libro, 'There's a Cow in the Cabbage', fue publicado en 2006 y rápidamente ganó popularidad por su mezcla de humor y creatividad. Este libro es un claro ejemplo de su habilidad para atrapar la atención de los niños y hacer que la lectura sea divertida.

La obra de Dougherty incluye una variedad de géneros, desde poesía hasta novelas y cuentos para niños. Algunos de sus libros más conocidos son 'The Last Kids on Earth' y 'Stinkbomb & Ketchup-Face', ambos aclamados por la crítica por su capacidad de atraer a un público joven y fomentar el amor por la lectura. A menudo, sus historias están llenas de personajes entrañables y situaciones cómicas que permiten a los lectores identificarse fácilmente con los protagonistas.

Además de su trabajo como autor, Dougherty es un apasionado defensor de la lectura entre los jóvenes. Ha participado en numerosos talleres y eventos literarios, donde comparte su experiencia y motiva a los niños a explorar su creatividad a través de la escritura. Su compromiso con la promoción de la literatura infantil ha tenido un impacto significativo en las comunidades donde ha trabajado.

John Dougherty también ha colaborado con ilustradores talentosos, lo que ha añadido una dimensión visual a sus historias. La combinación de su prosa ingeniosa y las ilustraciones vibrantes ha resultado en libros que son no solo entretenidos, sino también atractivos a nivel visual para los jóvenes lectores.

A lo largo de su carrera, Dougherty ha recibido varios premios y reconocimientos, lo que resalta su contribución al mundo de la literatura infantil. Su capacidad para conectar con los jóvenes a través de su escritura ha hecho de él un autor respetado y querido tanto por los lectores como por los educadores.

En resumen, John Dougherty ha logrado crear un legado en la literatura infantil y juvenil que seguirán disfrutando generaciones futuras. Su pasión por contar historias, su dedicación a la promoción de la lectura y su talento como escritor lo han convertido en una figura destacada en el ámbito literario. Con una carrera en constante evolución, Dougherty continúa escribiendo, inspirando y acercando a los jóvenes a la magia de los libros.

Un mundo dividido en reinos e imperios con diferentes intereses que los van a enfrentar mientras comienzan las cacerías de dragones de las cuales nunca nadie regresó, pirámides y claustros que ocultan secretos milenarios para despertar muertos de sus tumbas, dominar a los sajmets (dientes de sable) Gigantes de hielo que nadie ha visto, leyendas de mujeres voladoras van a acompañar una aventura con infinidad de historias que atraviesan la imaginación para despertarla en mundos tan mágicos como crudos. Y en el centro de la narración, un espejo donde existe una maldad de la que nadie...

"A book about how much we love our little ones! = ¡Un libro sobre lo mucho que queremos a nuestros pequeñines!"--Back cover.

Había una vez un chico al que llamaban Domingo Faustino. Dicen que nunca faltó a clase ni siquiera cuando llovía. ¡Qué gracia! En San Juan, donde nació, nunca llueve en época de clases. En estos cuentos, Sarmiento no es un prócer. Es un chico. Un chico con un papá y una mamá, un chico que juega a los soldaditos, que tiene miedos y sueños. Un chico como vos.

En el siglo XIV Geoffrey Chaucer escribió los Cuentos de Canterbury. Unos peregrinos que acuden a esa ciudad inglesa a visitar la tumba de Tomás Becket, coinciden en un albergue u hospedaje y para pasar con amenidad la velada el posadero propone que cada uno de ellos cuente un cuento, sin demasiados escrúpulos en cuanto a la inconveniencia del asunto o del lenguaje, al final de lo cual se premiará con una cena a aquel que en opinión de todos haya contado el mejor de ellos. Por esa época el peregrinar a Roma, Santiago de Compostela, Jerusalén y otros centros notables de la Cristiandad...