Historia de Taiwan

El periodista argentino Pablo Suero desembarcó a finales de 1935 en la España febril que aguardaba entre soflamas y ansiedades las elecciones de febrero sin aceptar del todo que estaba también afilando los cuchillos del matadero. (Eso, por supuesto, lo vemos nosotros, profetas irrisorios que disponemos de aquel futuro para contemplarlo como contemplamos el destino inexorable de las malas novelas.) Durante los meses siguientes enviaría a su periódico una serie de crónicas donde dibujaba con esmerada prosa el aire de las calles, el humo de los cafés y, por encima de todo, el agridulce...

"Se ha dicho que en Grecia nos encontramos con obras hechas por hombres de nuestra misma especie. Y es muy cierto, si con ello se pretende indicar la especial consonancia del hombre occidental con la Hélade. El mundo griego fue la cuna de Occidente, la primera semilla de la que germinó nuestro propio mundo. Cuando se estudia su legado, lo hacemos con una actitud muy distinta de la que tomaríamos si estudiáramos el antiguo Egipto, la civilización china, o la milenaria cultura hindú. Porque a pesar de la distancia que nos separa de ellos, comprendemos casi connaturalmente los valores de...

En los últimos años se ha creado una imagen idílica, pero un tanto de cartón piedra, de la República. El caso de Azaña es particularmente revelador. Sometido a una especie de beatificación laica, que difícilmente le hubiera agradado, la publicación de sus diarios en México provocó un embarazoso silencio, porque derrumbaban una cierta mitología republicana. No obstante, los viejos tópicos han revivido a fuerza de silenciar testimonios o de someterlos a malabarismos interpretativos. Este libro, al basarse en gran medida en el contraste de los testimonios de los dirigentes...

¿Quiénes, de los muchos de los afamados autores que exhibe la Historia –entre los cuales hallamos a literatos, filósofos, pensadores, religiosos, etc.– no se han ocupado del dinero, y de modo especial para, en general, hacer escarnio de él? ¿O acaso los judíos y otros pueblos también, como, por ejemplo, los fenicios y después también los lombardos, no hay debido pagar –específicamente los mencionados en primer lugar– un alto precio en bienes y en vidas por haber tenido condiciones de existencia en las cuales el dinero y el comercio jugaban un significado preponderante, tanto ...