Invierno índigo

El rey de un reino lejano tenía siete hijos. En realidad, tenía seis y al pequeño Benjamín, un delicado chiquillo al que le gustaba ser educado, amable y amoroso, leer libros de poesía y bailar claqué y otros bailes modernos. Pero justamente el más enclenque de todos los caballeros del reino es la única oportunidad para salvarse del dragón que aterroriza al pueblo. ¿Será posible? ENGLISH DESCRIPTION The king of a distant kingdom had seven children. Actually, there were six- and little Benjamin, a delicate boy who liked to be polite, kind and loving. He likes poetry and tap dancing. ...

Descender es el título de una nueva y original saga de ciencia ficción dirigida a los jóvenes que toma la forma de una novela gráfica. Los autores, Jeff Lemire y Dustin Nguyen, han conseguido darle un nuevo giro a las constantes de este género, sin renunciar a algunos de los temas centrales de la narrativa fantacientífica. El primer libro de la serie se llama Estrellas de hojalata y narra la historia de Tim, un androide con aspecto de niño que despierta en una colonia minera situada en el planeta Dirishu 6. Tim ha permanecido una década desconectado y cuando vuelve a activarse se...

This book talks about the work necessary to take care for a guinea pig, as well as some of their common behaviors. Readers will meet Miranda, who has a guinea pig name Griswold. Griswold was adopted from an animal shelter. He loves to dig around in his bedding and hide in his igloo. When Griswold gets excited, he likes to jump up and down in his cage and squeak. Miranda thinks this is funny. Miranda likes taking care of Griswold. She feeds him timothy hay and baby carrots. Illustrations and manageable text are ideal for emerging readers and young listeners.

En su casa, la viejita se aburría. Ya nadie la venía a ver y ella ya no veía a nadie. Sólo estaba el reloj de la cocina para ver cómo pasaba el tiempo. Hasta que un día se aparece la Señora Muerte y todo eso cambia. Para entretenerla, la viejita preparó un buen té de China bien cargado. —¡Mmm, qué delicioso té!, se alegró la Señora Muerte chasqueando la lengua. —Es verdad —contestó la viejita—, y es todavía mejor con unos polvorones de canela. Entonces la viejita se puso a cocinar... Cinco minutos más o cinco minutos menos, ¿qué importa?