El masaje

Son nuestros hijos los que nos ayudan a conocernos realmente, sobre todo aquellos con los que nos resulta más difícil entendernos y educarlos. Estos son nuestros mejores maestros. Conocer la parte inconsciente de nuestra relación con cada uno de nuestros hijos y comprender por qué un determinado hijo nos saca tan fácilmente de nuestras casillas, entender la causa del desagrado que nos produce su comportamiento, descubrir los obstáculos que nos hacen tan difícil amarlo y los motivos reales de nuestro empeño en cambiarlo, nos abre la puerta a la posibilidad de una transformación...

Hay mucha gente que cree que los once años es una edad muy poco interesante, pero, ¿es eso cierto? ¿Qué se siente en esa época de la vida, cuando en el fondo se están produciendo grandes cambios en la existencia del niño? Pues varias y distintas cosas: ·Los niños dejan de ser seres pequeños y graciosos y se preparan para la adolescencia. ·La escuela adquiere más importancia que nunca. ·Los padres deben permanecer al lado de su hijo para ayudarle a capear el temporal que se avecina. ¿Cómo se enfrenta el niño de once años a esos acontecimientos? Para dar una respuesta adecuada...

La adolescencia se presenta muchas veces para padres y para hijos como una etapa abrupta y llena de sorpresas. Para hacer de ella un momento rico en oportunidades educativas y potenciar el crecimiento y madurez de los hijos es necesario conocer las características, procesos y riesgos a los que nos enfrentamos. Este libro ilumina los problemas y las soluciones de esta etapa tan apasionante del desarrollo de la personalidad. Temas como la comunicación, la afectividad, la madurez y la responsabilidad se ponen de relieve para saber qué esperar y qué exigir a nuestros hijos. La adolescencia es ...

Escribo este libro por prescripción médica. Hace siete años, cuando entré en política activa, mi médico de familia me recetó escribir. Esto de la política es circunstancial, me dijo, un paréntesis. Tienes que seguir escribiendo. A él le hacía ilusión leerme en la revista local o en el blog, y también le había enviado algunos de mis cuentos. Un amigo mío me dijo: “seguro que quieres escribir un libro de género, y si no lo has escrito, ya no lo harás“. Está claro que una sentencia de estas características, proveniente de una persona sin más responsabilidad que la de él...